Seleccionar página

Rebobine, por favor

(película)

Recomienda

Jorgelx

Puntuación

 

No es de las mejores películas del mundo, pero para echarse unas risas es idónea. Es un humor fresco que se aleja de la típica superproducción cómica al tratarse de un cine más alternativo. Sí, ese que pasa de refilón, si la fortuna se lo permite, por nuestras salas.
El argumento podría resumirse de la siguiente manera. Bajo la amenaza de cierre motivada por la especulación inmobiliaria, el dueño de un videoclub de películas de los años 80 en formato VHS parte a un congreso para captar novedades del sector que puedan relanzar su negocio y, de esta manera, evitar el desahucio del mismo. Para sustituirle en la empresa, decide durante ese período de tiempo dejar al mando de la misma a un par de «mediohervores».

Un día, uno de estos chalados, siguiendo sus ideas delirantes, decide sabotear la central eléctrica, culpable de los males de su cerebro. El resultado de tan peligrosa osadía será la magnetización de todo su cuerpo, que al estar en contacto posteriormente con las cintas de video provoca el borrado de todas las películas.

Esta situació, desencadena el caos en el videoclub. Para no perder la clientela y, por consiguiente, no cabrear al propietario a su retorno, estos mendas deciden ponerse manos a la obra para solventar estas dificultades. Para ello, no se le ocurre otra idea que hacer «remakes» o pelis suecadas (llamadas así por ser de gran dificultad su obtención al «estar hechas en Suecia») de grandes éxitos de los 80, comenzando por «Los cazafantasmas» u «Hora Límite2».

Son conscientes de que estas versiones cutres sólo servirán para desviar la atención por momentos, sin embargo su sorpresa es mayúscula cuando todo el pueblo hace largas colas a la puerta del videoclub solicitando los grandes títulos de los 80….pero en versión suecada. Debido a la magnitud del éxito, ruedan un remake tras otro previo pago de 20 dólares y un par de días para tenerla disponible. Y así «suecarán» desde «Robocop a Paseando a Miss Daisy, pasando por El último tango en París o El Rey León».
De la noche a la mañana se convierten en estrellas y su éxito traspasa límites…hasta que llega el equivalente a la SGAE, acusándoles de plagio y embargándoles todo el material tras la sanción pecuniaria correspondiente.

Pero ellos son conscientes de que ese talento no puede ser desaprovechado. Es por ello que se aventuran en la autoproducción de películas suecadas, con el fin de salvar un videoclub tan particular.